
“Siento responsabilidad de decir algo”
Bogotano nacido en 1959, terminó sus estudios de Comunicación social, se dedicó a trabajar con población de las zonas más vulnerables de Bogotá y resultó escritor. “Llegué tarde a la literatura, me volví escritor con esta publicación, porque a la gente le ha gustado la novela”, dice refiriéndose a “El cielo a tus pies y el mar a tus ojos”, con una sonrisa cálida, mientras cuenta que aunque ha escrito en diferentes formatos –ha ganado 2 premios de historias barriales- sentencia que “uno no puede publicar cualquier porquería”. Participó en el Diplomado de Creación Narrativa de la Universidad Central en 1994 y admite que éste le brindó las explicaciones técnicas ya utilizadas con la creación de esta novela, la cual estuvo en el horno durante casi 15 años. “Me dediqué 4 meses, todos los días a escribir esta novela a mano, luego la pasé a máquina y por personas cercanas a mí, finalmente se publicó”.Afirma que está feliz con el libro y todo ese tiempo de cocción de la novela le sirvió para repensar muchas cosas, y sacar las obvias.Actualmente trabaja con la Secretaría de Gobierno en el programa “Atención complementaria a la población reincorporada con presencia en Bogotá” y a pesar de vivir la realidad de este país de boca de sus protagonistas –los campesinos, hombres, mujeres y niños desplazados y víctimas de todas las violencias- no pretende hacerlos protagonistas de sus historias: “me toca a diario una realidad, así que cuando estoy escribiendo, no quiero flagelarme con más de lo mismo”.Sin embargo, a través de la historia del pequeño Tonino, un personaje sin tiempo y espacio definido, el autor muestra casi todas las realidades de esta sociedad aplacada por la pobreza, la lucha diaria, la violencia, y el desplazamiento a través de imágenes literarias y poéticas, sin aludir a ninguna de las anteriores palabras.Tiene en su alacena una saga de 7 cuentos que serán 15, así como 3 libros de poesía no editados. Respecto de toda esta producción, el escritor recuerda al maestro Isaías Peña Gutiérrez –fundador hace 25 años del Taller de Escritores Universidad Central-, quien le dijo un día que “hay que estar dispuesto al fracaso”.
Así, sin miedo al fracaso, es que se ha vuelto escritor a la fuerza y añade con una ternura contagiante, que cuando una profesora está leyendo el texto con sus pequeños alumnos, él se dice a sí mismo: “uno como que sí es escritor”.
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ATMÓSFERA DE SUEÑOS
Por: Oscar Godoy Barbosa.Prólogo del LibroUna atmósfera de sueños inunda este libro. Sueños de nubes y cielos, de piedras y de mares, de juegos infantiles y de relatos de aventuras. Sueños aprisionados en un cuaderno que yace en una estación de tren. Sueños de un niño, Tonino, cuya única obsesión es conocer el mar.Tonino imagina el mar, y daría lo que fuera por tenerlo a sus pies. Sus padres, Arenque y Roraima, harán lo que esté en sus manos para conseguirlo, pero enfrentan obstáculos difíciles de salvar. En medio de la abrumadora realidad cotidiana, la imaginación y la fascinación de las palabras son el único camino a nuestro alcance para ir más allá y rescatar ese niño interior, esos sueños acariciados, esas vidas posibles que llevamos dentro.Iván Méndez, comunicador social de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, y egresado del Diplomado en Creación Narrativa de la Universidad Central, narra con delicadeza el mundo de Tonino, del que forman parte sus padres, sus maestros y sus compañeros de colegio. Y al hacerlo, evita caer en consideraciones del retrato realista, para concentrarse en las imágenes que colman la imaginación de un niño.El escritor rompe esquemas, esquiva los lugares comunes, encuentra nuevas formas de contar los temas de todos los días. Su herramienta básica es el lenguaje, depurado de acuerdo con sus búsquedas y sus obsesiones, de la mano con la pasión de contar historias y la sensibilidad para forjar personajes y paisajes. Todos estos elementos están presentes en la historia de Tonino, que el autor entrega hoy a sus lectores.
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ATMÓSFERA DE SUEÑOS
Por: Oscar Godoy Barbosa.Prólogo del LibroUna atmósfera de sueños inunda este libro. Sueños de nubes y cielos, de piedras y de mares, de juegos infantiles y de relatos de aventuras. Sueños aprisionados en un cuaderno que yace en una estación de tren. Sueños de un niño, Tonino, cuya única obsesión es conocer el mar.Tonino imagina el mar, y daría lo que fuera por tenerlo a sus pies. Sus padres, Arenque y Roraima, harán lo que esté en sus manos para conseguirlo, pero enfrentan obstáculos difíciles de salvar. En medio de la abrumadora realidad cotidiana, la imaginación y la fascinación de las palabras son el único camino a nuestro alcance para ir más allá y rescatar ese niño interior, esos sueños acariciados, esas vidas posibles que llevamos dentro.Iván Méndez, comunicador social de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, y egresado del Diplomado en Creación Narrativa de la Universidad Central, narra con delicadeza el mundo de Tonino, del que forman parte sus padres, sus maestros y sus compañeros de colegio. Y al hacerlo, evita caer en consideraciones del retrato realista, para concentrarse en las imágenes que colman la imaginación de un niño.El escritor rompe esquemas, esquiva los lugares comunes, encuentra nuevas formas de contar los temas de todos los días. Su herramienta básica es el lenguaje, depurado de acuerdo con sus búsquedas y sus obsesiones, de la mano con la pasión de contar historias y la sensibilidad para forjar personajes y paisajes. Todos estos elementos están presentes en la historia de Tonino, que el autor entrega hoy a sus lectores.
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