ESTO FUE… Y ESTO ES EL CLUB DEL LIBRO
A mediados de la década del noventa, surgió en el seno del Taller de Escritores de la Universidad Central el Club del Libro, una actividad que buscaba acercar a escritores y lectores de literatura en un espacio académico. Las reuniones se hacían en la Sala Fundadores y asistían tanto estudiantes como personas externas a la Universidad. En aquella ocasión nos visitaron escritores como Alberto Fuguet, Germán Espinoza, Arturo Alape, Jorge Franco, Evelio José Rosero, Fernando Quiroz, Germán Pinzón, entre otros. Las sesiones –que se realizaban cada quince días- se prolongaron durante dos años hasta que la profesora Luz Carmen Mafiol, egresada del Taller de Escritores y quien tenía a su cargo la organización, se retiró de la Universidad y con esto cesaron las actividades del Club.Corrió el año 2005 y quizá fueron los nuevos vientos del siglo XXI los causantes de la reactivación del Club del Libro, el cual se inauguró al final del primer semestre de 2005 con Nahum Montt, autor de El eskimal y la mariposa, Premio Nacional de Novela del Instituto Distrital de Cultura y Turismo. Hizo también parte de esa primera etapa el escritor Oscar Godoy, coordinador del Departamento de Humanidades y Letras de nuestra Universidad, autor del libro de cuentos Pater Noster.En el segundo semestre de 2005 nuestra universidad se convirtió en el lugar ideal para que escritores que hoy gozan de un reconocido prestigio como Mario Mendoza y Jorge Franco, se sentaran un rato a charlar de sus novelas con los alumnos. Estos últimos respondieron muy bien al leer los libros y mostrarse intrigados en saber asuntos tales como por qué Jorge Franco había permitido que le cambiaran el final de la historia a la película Rosario Tijeras o cual era la relación entre la vida y la obra de Mario Mendoza.No menos importantes fueron las visitas de Lina María Pérez y Javier Correa. Lina María tuvo muy buena acogida con su obra Cuentos sin antifaz, así como Javier Correa, profesor de Comunicación Social, autor de la novela La mujer de los condenados. Más adelante, la escritora bogotana Andrea Echeverri acapararía la atención de muchos estudiantes, quienes llegaban a preguntar en el Departamento de Humanidades si era cierto que la vocalista de Aterciopelados, Andrea Echeverry (con y) se había aventurado a pisar los terrenos de la literatura.Lo cierto es que cuando en el Departamento supimos de la confusión, entramos en pánico, pues el espacio con que contábamos era muy pequeño, pero al final no hubo ningún problema y en la sesión participaron alumnos entusiastas que creían en los personajes ficcionales de Umbrales, la novela de esta bogotana, como en sus viejos amigos de infancia, de esos que se encuentran ocasionalmente en alguna esquina de la ciudad. El turno también le correspondió al caleño Arturo Alape, autor del Cadáver Insepulto, novela que se recrea en la Bogotá de 1948, una época que marcó la vida de este escritor por un recuerdo de infancia en el cual aparecía un hombre con su camisa ensangrentada frente a un par de niños que lo observaban impotente en un ambiente de violencia y destrucción.En suma, el Club del Libro fue y seguirá siendo una experiencia que dejó muchos frutos, tanto para los escritores como para los estudiantes. Los primeros salieron de las sesiones con una gran sonrisa, felices de haber resucitado a sus personajes en boca de sus lectores. Y los estudiantes, nuestros estudiantes centralistas, tuvieron la oportunidad de sentarse al calor de un café con creadores de historias; se encontraron con mundos posibles en los cuales el único boleto de entrada era dejarse conducir a través de las aguas mansas de la imaginación.
miércoles, 23 de agosto de 2006
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