jueves, 29 de noviembre de 2007

Semblanza

Empecé a escribir a los quince años. Escribí al comienzo mucha (mala) poesía. He publicado dos novelas: Alford (2002) y Los niños suicidas (2004); el título de esta última me sigue pareciendo un bonito título. El año pasado publiqué La furia de los elementos, un volumen de cuentos que al menos en esta ocasión me siento incapaz de recomendar. Quizás este año publicaré mi primer libro de poesía.

He escrito mucho y he quemado mucho. También he leído mucho, quizás demasiado para mi gusto.

Algunos de mis escritores favoritos (los primeros que se me vienen a la cabeza) son: Marcel Proust, Robert Musil, Bruno Schulz, Franz Kafka, Antón Chéjov –Andreiev no es el canon pero le gustaba a Roberto Arlt, que lo plagió magistralmente; mi gran utopía es cruzar a estos dos-, Salinger y Cortázar… Creo que la lista continúa y que las listas no sirven para nada y que hay muchos nombres que en este momento se me escapan y que podrían ser más relevantes que los que aquí nombro.

Soy nieto del poeta Fernando Charry Lara. De las muchas afinidades que tenemos, valdría la pena mencionar algunas muy interesantes. Por ejemplo, el gusto por las medias color vinotinto (herencia de Baudelaire) o por las mujeres bonitas o por caminar o por los mariscos. Y por el whisky también.

Escribo, creo, sobre los recuerdos, sobre mi experiencia (experiencia en el sentido que le da el escritor inglés Martín Amis), una experiencia intransferible que no pretende hablar en nombre de nadie, e incluso, a veces, ni siquiera en nombre propio.


Por Luis Fernando Charry


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