martes, 17 de octubre de 2006

Piedad Bonnett


Piedad Bonnett


“Yo estaba destinada a la literatura”


Con esa introducción, la escritora Piedad Bonnett recuerda que desde que tenía 5 años leía los libros de la biblioteca de su casa y aquellos que su madre le alquilaba. En esas, se enamoró de la literatura.Licenciada de filosofía y letras de la Universidad de los Andes, Bonnett se ha dedicado en los últimos 25 años a la docencia, “quise ser la profesora perfecta” y lo logró. La filosofa Nancy Malaver recuerda que durante sus clases en el colegio Colsubsidio, por el año 79, Bonnett fue su maestra de literatura. “Siempre nos daba consejos sobre la vida e incluso nos invitaba a su casa a tomar onces. Es una mujer supremamente inteligente y creo que es una persona que tanto en las aulas, como en la vida, ha marcado a muchos”, anota Malaver.Es una convencida de que una manera de hacer conocer a los autores es a través de los concursos. De hecho, Daniel Cristancho, ganador en la categoría de cuento con “La muerte del endriago” de los premios “25 años del TEUC”, hizo parte de un taller dictado por la escritora.De Círculo y Ceniza, fue su primera publicación en 1989, por la cual recibió mención de honor en el Concurso Hispanoamericano de Poesía Octavio Paz. Desde entonces, ha publicado 6 libros de poemas y dos novelas. En 1994 ganó el Premio Nacional de Poesía otorgado por Colcultura por El hilo de los días y Tretas del Débil es su último libro de poemas.Piedad Bonnett también ha incursionado en la dramaturgia junto a Ricardo Camacho, con quien desarrolló un proceso de creación basados en lo que “él como director necesitaba y lo que yo le podía dar”, anota la escritora.Se trataba de que los estudiantes aportaran aspectos personales y lo pusieran en escena, desligando lo emocional y convirtiéndolo en historias. “lo importante era preservar lo que ellos habían hecho, yo pongo la historia, las acciones y le doy un sentido con relación a la totalidad”. Y así fue como el Teatro Libre, bajo la dirección de Camacho montó Que muerde el aire afuera y Gato por liebre.Tanto en la poesía, como en la narrativa de Bonnett, se puede ver esa preocupación sobre los problemas de desarraigo, de desplazamiento “ese tema me impresiona mucho, eso que un niño deja”, anota la escritora, quien se considera una amante de las relaciones humanas, los temas del encuentro y el desencuentro, así como el tema del tiempo: la infancia, la muerte, la conciencia del mismo, “porque uno siempre vive en un afán y el hecho de saber que se es mortal hace que la gente le dé un sentido a los días”.El tema urbano es otro de los puntos que le apasionan, la cotidianidad desde el punto de vista de los sentimientos básicos. Mientras espera su jubilación de la Universidad de los Andes, planea terminar de escribir la novela que tiene como escenario Bogotá, en la época del difunto Julio Cesar Turbay y que plantea el tema del resentimiento.Con todos sus años de experiencia, la escritora no duda en decir que todos los seres humanos tienen algo que decir, por eso, de alguna manera todo queremos ser escritores, poetas, pero asevera que no hay que ser escritor por el simple hecho de ser escritor. Anota que hay que tener paciencia y la palabra debe apoderarse de la persona, dice que cuando se escribe, hay que tener en cuenta palabra por palabra y lo más importante de todo para un escritor es la lectura, “quien no lee no escribe”. El talento no hace un escritor, “la paciencia más el talento más la disciplina, son las claves de un escritor”“Quiero leer, leer y caminar mucho”, seguramente buscando en esas caminatas, esa inspiración para su ya reconocida poesía que seguirá alimentando las letras colombianas.
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TRETAS DEL DÉBIL
(2004) Editorial AlfaguaraEste libro de poemas esta planteado en tres partes. La primera parte Palabras Iniciales, est´pa compuesto por 21 poemas, donde la escritora plantea las situaciones de desplazamiento de una población, sus circunstancias, así como diferentes miradas de experiencias personales, signadas por el racismo, la violencia y las enfermedades que azotaron en una época a Amalfi, el pueblo natal de la escritora. “Los poetas no se camuflan, es pertinente hablar de las vivencias personales, siempre y cuando éstas sean universales”. En esta primera parte, es clara la presencia de elementos de autoritarismo, y la importancia de las relaciones padres-hijos en las primeras etapas de vida.La segunda parte Lugares comunes, está a su vez dividida en dos, la primera de ellas, toca el tema urbano muy de cerca desde un bus o desde la primera plana de un periódico rojo, así como la mirada de la situación social de muchos a través de los ojos de personajes universales. La segunda parte de Lugares comunes plantea personajes particulares como estudiantes y nombres propios, incluso un poema que remembrando lugares lejanos y música de otras épocas.La tercera parte es Tretas del débil, donde la poeta ubica poemas de amor que oscilan entre la esperanza y la desesperanza, casi todos con epígrafes y aludiendo al Josefina Ludmer, de quien tomó el título de este libro de poemas.

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